Daniel de Luis
Jefe del Servicio del Clínico de Valladolid
Centro de Investigación de Endocrinología y Nutrición
Del higo podemos comentar que todos creemos que es la fruta obtenida de la higuera (Ficus carica), realmente proviene de este árbol frutal, pero no es una fruta sino una infrutescencia (un conjunto de frutos). Este alimento proviene de Asia Occidental, aunque posteriormente se distribuyó por todo el Mediterráneo. Se sabe que el ser humano ya lo recolectaba antes del año 8000 a.C.
El árbol de la higuera posee la peculiaridad de producir dos veces fruto al año: la primera, entre abril y mayo, son las brevas, mientras que la segunda, entre agosto y septiembre, son lo que conocemos como higos. También en contra de la creencia popular, no presenta un gran aporte calórico, oscilando entre 60-70 calorías por 100 gramos, con un 80% de agua, ligeramente inferior al comentado en otras frutas de esta sección. Las calorías provienen principalmente de los hidratos de carbono (15 gramos por 100), presentando un bajo aporte proteico (menos de 1 gramo por 100) y de grasas (0,5 gramos por 100). Es muy importante el aporte de fibra (3 gramos por 100), que junto al aporte de polifenoles y la presencia de muy poco sodio (1 mg) le convierten en un alimento interesante para disminuir el riesgo cardiovascular. Los minerales más importantes de esta fruta son el potasio (350 mg), el calcio (38 mg) y el magnesio (20 mg). Dentro de las vitaminas son importantes los aportes de vitaminas A, B1, B2, B3 y C. Los higos frescos contienen una sustancia llamada cradina que es un fermento digestivo, que junto a su alto contenido en fibra lo convierten en un alimento que mejora el transito intestinal. En resumen, los higos son un alimento con propiedades interesantes para incluir en la dieta de las personas con riesgo cardiovascular, así como las personas con problemas de estreñimiento.