Daniel de Luis
Jefe del Servicio del Clínico de Valladolid
Centro de Investigación de Endocrinología y Nutrición
El percebe es un crustáceo perteneciente a la familia de las Scalpellidae. Entre sus principales propiedades nutricionales tenemos su poco aporte calórico, apenas 50 calorías por 100 gramos, debido al bajo contenido en grasas (contiene ácidos grasos esenciales, como los poliinsaturados y los monoinsaturados), y la inexistencia de hidratos de carbono.
Esto es un aspecto diferencial con respecto al resto de mariscos, que presentan todos unos elevados aportes calóricos. Por otra parte, el contenido en proteínas es importante, alcanzado los 13 gramos, y la presencia de colesterol es mínima, tan solo 14 miligramos. Por tanto, es un alimento que puede ser consumidos por personas que realizan dietas para controlar su peso. Con respecto a las vitaminas, destaca sobre todo la presencia de vitamina B12 que ayuda al buen funcionamiento del sistema nervioso y del cerebro, y refuerza el sistema inmune. Además, aporta otras vitaminas del complejo B, como la vitamina B9 o ácido fólico, B6, B3, B2 y B1. Como característica especial, aporta cantidades interesante de vitamina E, un antioxidante natural. Por otra parte, se trata de un alimento con un contenido interesante en minerales entre los que destaca sobre todo yodo, fósforo, potasio, selenio, magnesio y sodio, y en menor medida, el calcio y el hierro. Es importante el selenio, que nos protege ante enfermedades cardiovasculares y que junto al potasio mejora los niveles de tensión arterial. Además, consumiendo 100 gramos de percebes, aportaríamos en nuestra dieta un tercio de las necesidades recomendadas de yodo diario. En resumen, el percebe aporta a nuestra dieta pocas calorías, con proteínas de alto valor biológico, así como vitaminas del grupo B, yodo y otros minerales.