Daniel de Luis
Jefe del Servicio del Clínico de Valladolid
Centro de Investigación de Endocrinología y Nutrición
El mango es la fruta del árbol ‘Mangifera indica’, de la misma familia botánica que el anacardo y el pistacho y es originario de la región del noroeste de la India.
Desde el punto de vista nutricional, su contenido de agua es muy elevado, casi el 85%. Con respecto a los macronutrientes, destacan los hidratos de carbono, con 14 gramos por 100 gramos, y un aporte de grasa y colesterol prácticamente nulo. Con respecto al contenido de proteínas es anecdótico. Como curiosidad aporta también los ácidos tartárico y málico. Todo ello hace que, a pesar de su sabor dulce, su valor calórico sea más bien bajo, menos de 60%. Con fibra entorno a 3 gramos por 100, hace que el consumo regular de esta fruta mejore el tránsito intestinal. Respecto a su composición en minerales, destacan el contenido en potasio (180 mg por 100) que es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular. En menor medida se encuentra magnesio, calcio y fósforo. En el capítulo de las vitaminas destacan la vitamina C con 37 mg por 100 gramos, la vitamina A con 300 ug por 100 y la vitamina E con 1 mg por 100. La vitamina C interviene en la formación de colágeno, huesos y dientes. Junto a la elevada cantidad de vitamina E y A, el mango es una poderosa fruta antioxidante que contribuye a eliminar de nuestro organismo los radicales libres, relacionados con el envejecimiento y los procesos inflamatorios. Por tanto, podemos resumir que el mango es una fruta con bajo aporte calórico y con un interesante aporte de vitaminas antioxidantes que nos ayudan a proteger a nuestro organismo de los fenómenos de envejecimiento eliminando radicales libres.