El fumador se alimenta peor que los que ya han abandonado el tabaco

El fumador se alimenta peor quelos que ya han abandonado el tabaco
Los estudios demuestran que la nutrición mejora al dejar el hábito
La endocrinólogaBeatriz Torresinterviene en el Ciclode Nutrición deEl Norte y El Árbol
Norte de Castilla 20.06.2012

 

«No hay ningún alimento que ayude a dejar de fumar, hay que dejarlo porque es altamente nocivo». Con este punto de partida, la especialista en Endocrinología del Clínico de Valladolid, Beatriz Torres Torres, analizó ayer la posible relación entre los hábitos alimentarios y el tabaco y repasó algunos consejos.


Fue la segunda de seis conferencias del Ciclo sobre Nutrición que organizan los supermercados El Árbol y El Norte de Castilla en el salón de actos de Caja España-Caja Duero de Valladolid y que presentó la periodista de este diario Ana Santiago. La doctora Torres insistio a los participantes que, aunque la alimentación no puede ayudar a dejar de fumar, lo que sí hay es una relación entre ciertos alimentos que incitan a encender el cigarrillo y otros que aportan mal sabor al tabaco y, por ello, invitan poco a fumar. Así, repasó esta especialista, que el café, las carnes rojas o el alcohol parecen impulsar el hábito porque potencian el sabor del cigarrillo; mientras el agua, los lácteos, la fruta o las verduras no acompañan bien al tabaco y empeoran su gusto.
Destacó asimismo la doctora Torres diversos estudios que establecen que los exfumadores se alimentan mucho mejor que los que aún mantienen la adicción y que, incluso, los que no han fumado nunca. Esta endocrinóloga, miembro investigador del Instituto de Endocrinología y Nutrición de Valladolid, explicó que de forma general la persona con adicción al tabaco hace una baja ingesta de frutas y vegetales, con escasez, por lo tanto, de vitaminas C, E y carotenos, de antioxidantes en definitiva, y con poca fibra. A su mesa, llevan en cambio mucha carne roja, margarinas y mantequillas, grasa saturada en definitiva y suelen ingerir más alcohol. 
Por contra, los exfumadores aumentan el consumo de fruta, verduras y hortalizas, sustituyen buena parte de la carne roja por el pollo y, entre sus hábitos alimenticios, está con frecuencia el pescado, incluso más que en personas que nunca han fumado. Especialmente recomendables resulta por lo tanto los zumos, frutas y hortalizas y, en particular, el tomate y la sandía, la dieta mediterránea en definitiva. Junto a ello, el ejercicio físico. 
PesoReconoció esta especialista que, efectivamente, la deshabituación tabáquica suele provocar una ganancia de peso de tres a cinco kilos con un incremento del gasto basal energético de 200 kilocalorías al día. Al mantener los mismos hábitos se engorda y, además, el cigarrillo provoca un descenso del apetito y el dejarlo suele ir acompañado de ansiedad, todo ello son dificultades en cuanto a la ganancia de peso que puede llegar a los ocho kilos. Además, al dejarlo se aprecian mejor los sabores, se disfruta más de la comida.
Pero, en ningún caso, «es razón para no dejar de fumar, son mucho más importantes los beneficios de abandonar el tabaco aunque se pueda engordar algo. Lo que tal vez sea interesante es que quien piense en dejar de fumar valore con antelación su dependencia y acuda a unidades de deshabituación tabáquica y lo acompañe de hábitos saludables, además de evitar los alimentos que invitan a fumar», concluyó la doctora Torres.

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